Ralentizar los procesos de desnitrificación y nitrificación es importante para que la fertilidad permanezca en forma aprovechable y no se convierta en óxido nitroso (N2O), que es un potente gas de efecto invernadero para el cambio climático/variabilidad. Así pues, los factores que afectan a la desnitrificación y la nitrificación incluyen las condiciones de temperatura/humedad del suelo, la aireación, la materia orgánica y la actividad microbiana, y podemos gestionar eficazmente estos procesos (desnitrificación y nitrificación) aplicando en el momento adecuado, es decir, a baja temperatura y humedad del suelo.

En un mundo ideal, las aplicaciones de fertilizantes otoñales deberían comenzar cuando las temperaturas del suelo de 5-10 cm alcancen unos 5°C y la humedad del suelo esté por debajo de la capacidad de campo. (no saturado), pero esto no tiene en cuenta las condiciones meteorológicas del otoño que pueden ser poco cooperativas antes de la helada otoñal, por lo que existen otras herramientas en la caja de herramientas, como los productos para mejorar la eficacia de los fertilizantes (inhibidores de la ureasa, inhibidores de la nitrificación y recubrimientos poliméricos), la aplicación fraccionada de N, las herramientas de fertilización de tasa variable o la aplicación de N durante el rápido crecimiento del cultivo.

Desde la perspectiva de los dispositivos IoT, una sonda de suelo bien colocada (temperatura/humedad del suelo/VIC) en un campo puede proporcionar las herramientas para alertar al cliente sobre cuándo las condiciones ambientales son o no propicias para las aplicaciones de abono otoñal. La imagen siguiente ilustra los datos de humedad y temperatura del suelo a nivel de campo recogidos cada hora para los 2 sensores superiores (5 y 15 cm de profundidad), lo que dificulta la observación de las tendencias diarias o semanales; los valores oscilan entre 4°C y 12°C.